sábado, 4 de febrero de 2017

S. Blas en Montaverner.


Si bien tendríamos que remontarnos a Jesucristo, cuyo mensaje y vida, marcada por la cruz y resurrección, impulsó a los apóstoles y primeros discípulos a anunciarle, llegando hasta armenia, nuestro santo

La devoción a san Blas se encontraba extendida por toda la cristiandad y por nuestra comarca. Como prueba de ello es hallarse en la vecina población de Bélgida una imagen del santo.

A finales del s.XVII se desencadena la epidemia de difteria en el pueblo de Montaverner  esta enfrmedad llamada también del garrotillo, se localiza en la faringe, nariz, laringe, tráquea y bronquios, formándose unas falsas membranas en las mucosas que dejan ulceras más o menos profundas, causando de este modo la muerte por asfixia, además de ser contagiosa. Nos encontramos en 1677. El pueblo, después de la expulsión de los moriscos, que llevó consigo pasar de 60 casas a 30-40 debido a la obligación que tuvieron los cristianos de aquí de repoblar los pueblos abandonados, sufre esta peste. Desde diciembre hasta abril mueren 14 personas. Por  este motivo el párroco el Dr. Juan Peralta, el Justicia y Jurados salen del pueblo junto con otros vecinos a recibir la imagen del santo en el límite con Bèlgida, cuya parroquia les cedió la imagen. En andas, procesionalmente entró en la villa por la parte baja de la calle Mayor hasta la Iglesia. En la primera casa una niña, unos diez años, moribunda, que se le descubría el garguero. La niña y sus padres invocaron al santo, recuperando la salud. Lo mismo ocurrió con los demás enfermos. Aquello fue el lunes de pascua de 1678 (11 de Abril).

El acontecimiento se transmite oralmente, sin embargo en 1741, en presencia del Dr. José Esplugues, párroco, se toma acta notarial a cinco testigos oculares cuyas edades comprendía entre los setenta y ochenta años.

Desde 1678 se celebra este día la fiesta, si bien, al principio fueron los jóvenes los responsables, pero siendo pocos y pobres costearon los actos algunos devotos. Finalmente se determinó fuesen elegidos los festeros por sorteo. Sin embargo el 22 de Abril de 1737, lunes de pascua y fiesta del milagro de san Blas, los jóvenes pidieron en la Casa Abadía al párroco realzar la fiesta y mejorarla. Nombrándose por sorteo dos jóvenes como mayorales, comprometiéndose a comulgar en la Misa Mayor llevando un cirio en la mano. Al año siguiente fueron sorteados los primeros jóvenes, Vicent Ferri de Agusti y Vicent Tormo de Nadal. Años más tarde se organizó una soldaresca (capitan y alferes, sargento arreglador,...). Al principio llevaban una bandera prestada por el pueblo de Agullent. En 1763 se estrenó una bandera con la imagen del santo, de los titulares (Juan y Santiago) y las armas del pueblo. Y así se ha perpetuado.

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